En esta entrega nos tuvimos
que desviar un poco con respecto al cronograma de actividades que tenemos, debido
a complicaciones con la entrada a la Clínica Samein y con la disponibilidad de
la doctora, todavía no hemos podido asistir ya
que la doctora se encuentra fuera de la ciudad .Esperamos poder asistir
lo más rápido posible, y así
cumplir con nuestro cronograma de actividades propuesto.
Antes de
entrevistar a una adolescente que este padeciendo de anorexia en la Clínica Samein,
decidimos escuchar la experiencia de una joven de 24 años que padeció anorexia
y que ya se curó.
Su nombre es
Adriana Pérez, tiene 24 años de edad y trabaja como bioenergética. El 24 de Mayo
pedimos una cita con ella, pero primero que todo le explicamos por teléfono al
pedir la cita, la necesidad y el fin de esa cita. Fue difícil para nosotras
explicarle el motivo de la cita, ya que la anorexia es un trastorno que puede
marcar mucho la vida de una persona, e incluso puede ser difícil recordar y
retroceder a aquel momento de enfermedad. Pero ella reaccionó muy bien, nos
dijo que con mucho gusto aceptaba, pero que era muy tímida y no se atrevía a estar al frente de una filmadora.
Adriana nos
contó su historia con la anorexia, como empezó todo, como la afectó, y como
finalizó.
Todo comenzó
cuando ella tenía 12 años de edad y pesaba 50kg, le encantaba el modelaje, y
por esto desde esta edad empezó con un grupo de amigas y primas en unas clases
de modelaje, ella disfrutaba mucho lo que hacía, tenía el mejor porte de su
categoría, siempre le gustaba ser la mejor, y sobresalir entre las demás, pero
pensaba que su cuerpo no era el adecuado para lo que le gustaba hacer, modelar.
A sus
14 años de edad, tuvo una desgracia familiar, su hermana de 23 años tuvo un
accidente automovilístico, y falleció, fue el golpe más duro que Adriana sentía tener, sentía que el mundo se
le venía encima, ya que la relación que estas 2 únicas hijas tenían era
incomparable, eran totalmente unidas, e inseparables, decía ella “a veces me
sentía como hija de mi hermana, y no de mi propia mamá”, era una relación de profundo
amor y aprecio entre ambas, a partir de este momento Adriana cambio totalmente,
ella sentía que ya no había motivo para disfrutar de nada, lo único que le
despejaba la mente y la mantenía en otro “mundo” era el modelaje, era lo único
que ella disfrutaba, ya ni siquiera disfrutaba estar en su casa, en familia, ya
que esto hacia que los mejores momentos con su hermana se le vinieran a la
cabeza.
Adriana al ver
que ella era la mejor de su categoría en el modelaje, pero sentía que le
faltaba adelgazar, comenzó una dieta estricta que ella misma se propuso, poco a
poco, cuenta Adriana, que eran menos las ganas de comer, y entre menos comía,
mas “deforme y feo” veía su cuerpo, pero
ella estaba firme con su decisión de ser la mejor tanto en porte como en cuerpo,
su madre preocupada por el cambio de Adriana decidió investigar y preguntar
sobre lo que veía en ella, y la gente le decía que a lo mejor estaba padeciendo
anorexia, pero su mama negaba esa idea, ya que aseguraba, que todos los días
ella le subía a su habitación el
desayuno, el almuerzo y la comida, y Adriana lo bajaba a la cocina limpio. Lo
que la mamá de Adriana no sabía era que ella, a medida que iban pasando los
días, mas estrategias tenía a la hora de comer; Adriana mantenía en su baño
varias bolsas de basura, en las cuales cada día desechaba allí la comida, y en
las noches cuando ya sus padres estaban dormidos, ella salía a sacar sus
bolsas. Fueron pasando los meses y Adriana cada día se veía peor, y su mama
cada vez estaba más y más preocupada, hasta que decidió llevarla al hospital,
fue internada inmediatamente con 32kg. Cada día en el hospital era un infierno
para ella, por esto se veía en la obligación de ir en contra de su propia
voluntad, teniendo que comer estrictamente cada una de las comidas del día y
cumplir la dieta que su médico le imponía, ya habían pasado 3 meses y su peso
estaba en 43kg, y pudo salir del hospital, en su casa comenzó juiciosa con
ayuda de sus papas, con sus dietas, y cada día se fue mejorando, hasta que
logro curarse por completo.
Esta
enfermedad, tuvo grandes consecuencias tanto físicas como mentales. Ella nos
cuenta que tuvo una gran pérdida de pelo, su menstruación se detuvo por 6
meses, su tiroides se vio afectada. En cuanto lo académico, tuvo un mal
rendimiento, ya que entro en una gran depresión, Adriana nos dice que esto fue
una gran experiencia para su vida, ya que le ayudo a aprender muchas cosas y a
madurar, entendió que las personas no se pueden dejar llevar por el modelo
actual de belleza que nos impone la sociedad.